(Captura de video)
(Captura de video)

El año pasado, la Contraloría General de la República reveló el fracaso municipal en materia de limpieza pública. En ese sentido, el hallazgo de la Contraloría no constituyó ninguna novedad. La basura no solo está “a la vista”, sino también “al olfato”. Efectivamente, aparte de ser fea, la basura apesta.

Calles y plazas inmundas. Ríos y mares atiborrados de plásticos. Y en vez de rellenos sanitarios, botaderos de basura donde pululan recicladores – hombres, mujeres y niños – en simbiosis con ratas, gallinazos, moscas, chanchos, perros, gusanos y todo tipo de microorganismos. Eso consignó la Contraloría en su informe “Por una Ciudad Limpia y Saludable”.

Los gobiernos locales son los responsables de este descalabro ambiental. Ahora bien –es verdad–, hay distritos limpios. Mis respetos a los buenos alcaldes que lograron dignificar la vida de sus vecinos. Pero son los menos. A la gran mayoría de alcaldes de nuestro país, la basura les importa un bledo.

¿Para qué sirve el Ministerio del Ambiente?

Incluso, ¿para qué sirve el Ministerio de Salud? ¿Acaso la contaminación ambiental no es dañina para la salud humana? ¿Y el Ministerio de Agricultura? ¿Y el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo? ¿Acaso la basura no atenta contra la sanidad agraria y el turismo?

No cabe duda. El Perú es un fracaso en materia ambiental. La pregunta es: ¿y ahora qué? ¿Alguien cree que las municipalidades del país van a recapacitar y –de buenas a primeras– empezarán a cumplir con sus obligaciones respecto al recojo y tratamiento de residuos sólidos?

No quiero ser aguafiestas, pero me temo que la basura seguirá tal cual, y los botaderos también. Nada va a cambiar en nuestras ciudades. El informe de la Contraloría quedará en los archivos. Los gobiernos locales jamás serán capaces de cumplir la ley e imponer orden en la materia.

El Ministerio de Vivienda –o alguna institución del Gobierno Central– debe asumir la función de la limpieza pública y tratamiento de residuos sólidos en todo el país.

Seamos sinceros. La inoperancia municipal seguirá para largo. Así como están las cosas, los peruanos jamás viviremos en ciudades limpias y saludables. Por eso, bien vale la pena convocar a un concurso público para que empresas especializadas en la materia se encarguen de la recolección de la basura y tratamiento de los residuos sólidos, en todas las ciudades del país. ¡No queda otra!

Total, no tenemos nada qué perder. En materia de limpieza pública, es imposible estar peor de lo que estamos.

TAGS RELACIONADOS