[Opinión] Martín Naranjo: Archipiélago sin agua. (Foto: REUTERS / Kyodo)
[Opinión] Martín Naranjo: Archipiélago sin agua. (Foto: REUTERS / Kyodo)

Cuando uno viaja por el Perú, descubre rápidamente cómo nuestra geografía presenta obstáculos impensables, nuestros desiertos costeros pueden llegar a ser tremendamente secos e inhóspitos, y, para llegar a nuestra selva, muchas veces impenetrable, hay que remontar una cordillera que nos divide y nos parte como con una pared en muchos lugares vertical. Nuestros pueblos muy dispersos, notaba el economista Antonello Gerbi en los años cuarenta, se reparten muy distanciados como en un archipiélago sin agua. Así, nuestra geografía no nos divide en segmentos, porque los segmentos son por definición adyacentes: nuestra geografía nos divide en fragmentos. En fragmentos dispersos. Esta característica nos dota de una tremenda diversidad ecológica y cultural, y al mismo tiempo impone también grandes dificultades de comunicación, de integración, comerciales y de construcción de unidad.

Los avances en la tecnología digital presentan una oportunidad de desarrollo gigantesca. Como estos tiempos de pandemia nos han permitido avizorar, esta oportunidad de desarrollo está muy relacionada a economías de plataforma, en particular a las economías de plataformas de comunicaciones y a las economías de plataformas transaccionales, como las de redes sociales, de reuniones remotas o las de pagos y transferencias digitales. Aunque todavía con mucho por recorrer, las plataformas digitales pueden acortar distancias, aplanar cordilleras y acercar comunidades lejanas. Nos pueden ayudar muy eficientemente a comunicarnos, a educarnos y a comerciar; por lo tanto, también nos pueden ayudar a integrarnos y a construir mejor nuestra unidad como país.

Pensando en ello, la Asociación de Bancos del Perú desarrolló el programa Finanzas Al Toque, una plataforma digital de microaprendizaje, 100% gratuita, con contenidos en formato de cursos cortos, jornadas y campañas que ayuden a los ciudadanos a manejar mejor sus finanzas. El programa ha sido diseñado para ofrecer una experiencia útil de aprendizaje que se ajuste a las necesidades y disponibilidades de cada persona. El propósito del programa es contribuir a que las personas tomen mejores decisiones sobre el uso de recursos y puedan alcanzar, así, un mayor bienestar. Finanzas Al Toque es una herramienta que esperamos potencie los esfuerzos para una inclusión financiera sostenible y responsable.

Entender la inclusión financiera, y en particular la educación financiera, como parte de un problema general de inclusión, de integración y de construcción de ciudadanía la convierte inmediatamente en el eje principal de nuestro propósito como industria. La educación financiera requiere diseñar contenidos desde la empatía y también requiere utilizar las formas de distribución que aprovechen las plataformas y los canales que mejor nos ayuden a superar los retos que impone la realidad de nuestro país.