¿De qué depende la recuperación de la economía peruana?
¿De qué depende la recuperación de la economía peruana?

Por recuperación me refiero tanto a aquella de la producción como a la del empleo. Desde abril, mes en el que la economía tocó fondo, los meses siguientes han mostrado una caída cada vez menor en comparación con igual mes de 2019. En paralelo, el empleo no ha crecido al mismo ritmo. Ahora queda claro que sin un aumento de la inversión privada, en todos sus tamaños, no hay manera de que el empleo crezca.

Me parece que hay dos factores claves para sostener una recuperación, que además genere empleo. En primer lugar, que no haya rebrote, no al menos al estilo europeo. Lo que pasa es que basta mencionar que el rebrote es una opción para que todos sepamos que el confinamiento, aunque sea parcial, puede ser una realidad, como ocurre hoy en diversas ciudades europeas. Dada esa posibilidad, los dueños de negocios no contratan como lo harían si ese escenario estuviera descartado. Pensemos en un pequeño emprendedor, que está reabriendo su negocio de venta de comida. Antes solía tener dos ayudantes que colaboraban con él. Ahora prefiere trabajar solo, pues tiene que recuperar todo lo que perdió durante el confinamiento. Un razonamiento similar se aplica a cualquier empresa. Por ejemplo, una librería en la que el mismo dueño hace el delivery de sus libros. Aunque muchos no lo acepten, es lo que cualquiera haría ante la incertidumbre del rebrote. Bajar costos y recuperar lo perdido es la respuesta a la situación.

El segundo factor es político. ¿Cómo puede ocurrir que ante una crisis económica y social como la que estamos viviendo haya tantos candidatos a la Presidencia? ¿Cómo puede ser que muchos candidatos de algún frente político, hace no mucho tiempo, hayan defendido con uñas y dientes a otro? ¿No importa lo que piensa cada frente político? Más aún, los líderes los presentan como un jale. ¿Estamos hablando de futbolistas o de ciudadanos que tienen una manera de pensar que se asocia con tal o cual candidato? ¿Todos saben qué hacer en las circunstancias actuales y cómo hacerlo? ¿Tienen alguna receta para enfrentar el difícil momento por el que pasamos? ¿No sería bueno preguntarles a todos los candidatos –tanto a la presidencia y vicepresidencia, como al Congreso– qué van a hacer exactamente o, por lo menos, qué piensan? Una cosa es conseguir los votos, aunque sea prometiendo lo que no podrán hacer; otra, muy distinta, es gobernar. El resultado es una completa incertidumbre, pues el entusiasmo de los políticos por llegar a ganar no se condice con la situación en extremo difícil de la economía y el empleo.

La incertidumbre es veneno para una economía. Y esa es la principal característica en estos momentos. Sin embargo, disipada la incertidumbre, volveremos a 2019. Si queremos avanzar, se requiere avanzar en reformas que conecten los resultados macroeconómicos con el bienestar. Educación, salud, formalización, reformas de Estado y, en general, las institucionales deben estar en el tope de la agenda. De lo contrario, no habremos aprendido las lecciones de la crisis.

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