Metropolitano
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¡Qué horror! Seguro hasta van a meter gallinas. Por eso hay que prohibirles meter bultos pues si no nadie podrá controlar lo que trasladen. Además, primero es la seguridad de las personas. Los buses no son para trasladar cosas. ¿Te imaginas a toda la gente con sus compras navideñas entrando al Metropolitano? Éstas fueron las reacciones que recibí al compartir una noticia en la que tildaba de absurda la prohibición de ingresar bultos al Metropolitano. La mayoría cree que los buses y el metro solo sirven para trasladar personas. Pero ¿es tan terrible imaginar que podamos tener el derecho de ir al aeropuerto con nuestras maletas en transporte público?
El problema es que seguimos sin conocer nuestros derechos. Un sistema de transporte puede y debe poder trasladar los bultos que llevan sus pasajeros.

La sociedad aún no lo exige pues se ha acostumbrado a las migajas de la ciudad. Por eso no nos indigna el remedo de reforma de transporte que nos ofrecen. Pero ¿cómo van a trasladar bultos si viajamos apretados en los buses y vagones? He ahí el asunto. El sistema de transporte debería ofrecer más buses, una mejor gestión de la flota y rutas, así como incrementar la frecuencia de estos (es decir, que pasen cada menos tiempo) para evitar la aglomeración de los pasajeros y así poder transportarnos a todos con más comodidad. Bajo esa premisa, el traslado de nuestros bultos (ya sean maletas, compras, cajas, herramientas u otros) podrá hacerse con mayor facilidad y seguridad.¿Queremos que la gente viaje llevando sus bultos? Sí, por supuesto, porque nos facilita la vida. Además, esto evita que gastemos tanto dinero en trasladarnos y, sobre todo, desincentiva a usar otros medios de transporte privados que además de contaminar, ocupan espacio y generan tráfico. Por supuesto, debe haber restricciones. No se podrá ingresar objetos que bloqueen los pasadizos o las salidas y deben poder ser manipulados con facilidad. En redes sociales, algunas personas pusieron ejemplos de otros países: Carmen, por ejemplo, nos contó cómo trasladó un colchón enrollado en el metro de Barcelona; Javier hizo hincapié a la cantidad de bolsas de compras de mercado y de tiendas de departamento que observa en los buses en Alemania. Yo misma he visto el traslado de un pequeño escritorio en el tranvía en una pequeña ciudad del este de Europa.

¿Te imaginas un sistema de transporte que se adapte a la mayor demanda de las fiestas navideñas y nos permita movernos junto a nuestras compras? Ese es un buen regalo de Navidad que Protransporte podría darle a Lima el próximo año. Ojalá.