La ejecución de la campaña en la que se utilizan condiciones reales de la vida de nuestros compatriotas resulta una burla para con ellos y nos demuestra que la frivolidad está a la orden del día, señala la columnista.
La ejecución de la campaña en la que se utilizan condiciones reales de la vida de nuestros compatriotas resulta una burla para con ellos y nos demuestra que la frivolidad está a la orden del día, señala la columnista.

La pésima campaña de Vick Vaporub para “vivir la experiencia” en la “casa más fría de Lima” ya fue, felizmente, retirada. La estrategia (propuesta por la agencia de publicidad Circus Gray) es un nuevo ejemplo de cómo se aprovechan de la pobreza para intereses particulares. En este caso, la intención de la marca además de incrementar su reputación y posicionamiento era recaudar fondos para contribuir a paliar las consecuencias de las heladas en Puno. Pero la ejecución de la campaña en la que se utilizan condiciones reales de la vida de nuestros compatriotas resulta una burla para con ellos y nos demuestra que la frivolidad está a la orden del día.

Estas historias se escuchan frecuentemente. Entre ellas, encontramos los titulares de las noticias donde celebran a los niños que caminan horas para llegar a sus escuelas o a la madre “luchona” que tiene cuatro trabajos para alimentar a sus hijos, tratándolos de héroes y celebrando su esfuerzo. Esto es romantizar la pobreza.

De la misma manera vemos cómo se organizaban “excursiones” para alumnos de universidades privadas a los que “les faltaba calle” para recorrer zonas específicas de la ciudad. No se quedan atrás las visitas, cual “salvadores blancos” de importantes gerentes de empresas que van a conocer cómo va el desempeño de los proyectos sociales que sus áreas de responsabilidad social han ejecutado.

“Vivir la experiencia” es precisamente aquello que no vive ninguna de estas personas y es la realidad diaria de muchos peruanos. Quizá sus recursos estarían mejor enfocados en apostar por políticas públicas para diseñar casas calientes que permitan mejor la calidad de vida y no dar paliativos que nunca serán suficientes. Quizá lo que corresponde ahora para Vick Vaporub es destinar el monto equivalente a lo que ya gastó en su campaña (y lo que iba a continuar gastando en ella) para invertirlo en soluciones directas para atender el friaje en Puno. Si es que eso es lo que les interesa realmente. Son más de seis mil personas las que han muerto de neumonía el 2021 además de muchos animales muertos y cultivos perdidos por las heladas. La necesidad es clarísima y la urgencia también.

Sabemos que esta no será la última vez que una marca y su desubicada agencia de publicidad apuesten por hacer de la pobreza moneda de cambio para “creativas” campañas, pero ojalá que cada vez que tengan una “genial idea” se la piensen dos veces y analicen si es que –de verdad– su idea es genial o les falta un toque de conciencia.