Paul Atreides (Timothée Chalamet) junto a Chani (Zendaya);  el amor de su vida. Ambos se conocen en Arrakis, el planeta desierto. Foto: Warner Bros.
Paul Atreides (Timothée Chalamet) junto a Chani (Zendaya); el amor de su vida. Ambos se conocen en Arrakis, el planeta desierto. Foto: Warner Bros.

Luego de habernos dejado épicas aventuras, el cine ya nos debía una saga espacial que nos lleve a un viaje galáctico con misiones imposibles, personajes entrañables y efectosmaravillosos. A esta difícil empresa quiso entrar , la cinta de Denis Villeneuve que ha sido estrenada hace poco en cines y en breve estará disponible en HBO Max.

Esta epopeya espacial es una adaptación de la novela de Frank Herber. No es la primera vez que alguien la lleva o la quiere llevar al cine. David Lynch estrenó su versión en 1984, una cinta que no colmó las expectativas del público por los huecos en la trama, una desacertada edición y la precariedad de los efectos especiales. Una década antes Alejandro Jodorowsky buscó también adaptarla. Sin embargo, tenía en mente una idea de distancias espaciales: buscaba hacer un filme de 10 horas y contar con la participación de figuras como Salvador Dalí, Orson Welles, Mick Jagger, Pink Floyd. Como era de esperarse, al proyecto le faltó presupuesto.

La trama de Dune se desarrolla en el año 10,191 dC., donde la humanidad vive en distintos planetas. La historia nos trae a la Casa Atreides, una dinastía de nobles que es enviada al planeta de Arrakis por orden imperial para sustituir a la Casa Harkonnen, que ha estado en el lugar por 80 años. Este lugar es imprescindible para la economía del imperio ya que ahí se encuentra una droga conocida como la especia, fundamental para hacer viajes espaciales. Bajo este contexto, en medio de traiciones y estrategias políticas, aparece Paul Atreides (Timothée Chalamet), un adolescente con habilidades por descubrir. Él junto a la población nativa, los Fremen, son los encargados de construir esta historia.

Pero vayamos a la versión de Villenueve. Tras su estreno en el Festival de Venecia, la cinta fue aclamada por la crítica. Resultaba por fin una adaptación correcta para la novela de ficción. Y en parte sí. Dune trae todos los requisitos de una ópera espacial, incluido mundos extravagantes y efectos artísticos que generan una experiencia de inmersión. La música de Hans Zimmer resulta cautivadora y hasta temible. Está pensada para ser disfrutada solo en el cine. Sin embargo, también tenemos muchos minutos lentos, que quizás solo pueden ser aguantados por los pacientes seguidores de sagas como o . Tanto así que, si bien es una cinta pensada en dos partes (la secuela ya está confirmada), no lograr cerrarse por sí sola. Tendremos que esperar a ver la segunda para entender gran parte de la primera. No tanto para disfrutarla en sí misma, si no por una necesidad. De todas formas, Dune es imprescindible. Quién sabe si en los próximos años se confirma que estamos ante la gran saga de nuestro tiempo.


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