(Renzo Salazar/Perú21)
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Redacción PERÚ21

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El gobierno de pasará a la historia por el manejo que le dé a los ingentes casos de corrupción que atraviesa y atravesará el Perú durante su mandato. La historiadora Carmen McEvoy cree que la única manera de que el actual jefe de Estado sea recordado positivamente es asumiendo el liderazgo y acogiendo al movimiento anticorrupción como su bandera política de gestión. Pide también hacer la reforma política y educativa, y propone ajustes al sistema económico.

¿Hay una crisis moral en el Perú en este momento?Hay una crisis de valores republicanos que está asociada a una transición democrática inacabada, a una posguerra que todavía no hemos terminado de asimilar, porque nosotros hemos vivido muchos años, casi una década, de guerra civil entre peruanos. Creo que eso ha dejado una herencia de violencia, de falta de respeto por el otro que se vive hoy en el tráfico de Lima. En el tráfico de la capital te das cuenta de cómo estamos sociabilizando el uno con otro, cómo nos relacionamos, de cómo saca ventaja un peruano del otro. Se tiene que ir revirtiendo esa manera de proceder e ir avanzando hacia una sociabilidad republicana, de respeto, de buenas maneras, de mérito.

¿La hecatombe de las empresas brasileñas –entre ellas Odebrecht– ha enlodado a todos en el Perú?Yo discrepo de eso. Creo que hay un 70% u 80% de la población del Perú que no tiene nada que ver con este escándalo, que han construido sus pequeñas industrias, sus empresas, al margen de la corrupción.

¿Se está metiendo a todos los peruanos en el mismo saco?Sí, y no todos estamos en el mismo basural. De alguna manera, al generalizar la corrupción estás liberando a los verdaderamente corruptos.

¿Pero, entonces, tenemos alguna falta?Probablemente la de ser testigos pasivos. De no haber actuado, denunciado. Pero yo no creo que el Perú sea por naturaleza un país corrupto, y eso lo he dicho un montón de veces.

Este escándalo de corrupción se produjo en los periodos gubernamentales que sucedieron al retorno de la democracia en el Perú. ¿Eso hace que peligre el sistema democrático actualmente?Yo creo que la transición democrática estuvo inacabada. Con Alejandro Toledo se vuelve al mesianismo. Si bien es cierto que las cifras económicas nos favorecieron, no hubo un intento serio de reforma del Estado. Entonces, digamos, falló la parte política, no solo la reforma del Estado sino también la de la reforma educativa. Esos indicadores lentamente se ha ido revirtiendo.

¿La reforma de valores en los ciudadanos?Así es. Y los gobiernos que sucedieron (al régimen de Alberto Fujimori) le dieron mucha importancia a las estadísticas y al crecimiento económico, pero no le dieron la debida importancia a la política con "P" mayúscula, y a una cultura democrática y de valores.

¿El sistema económico también influyó para haber dejado espacios que permitieron estos actos de corrupción en nuestro país?Bueno, creo que en todo caso es el sistema económico mundial. Los Panamá Papers están demostrando que hay una banca internacional que está protegiendo a los corruptos, a los traficantes de armas, a los narcotraficantes. Entonces, está pasando algo con el capitalismo internacional.

¿Se deben hacer ajustes a ese modelo, que es aplicado en el Perú desde hace años?Yo creo que sí. Se necesitan cambios estructurales en el mundo en el que vivimos y el Perú también debe tener su cuota de participación.

¿El escenario actual da pie a que en el 2021, en las próximas elecciones presidenciales de nuestro país, tenga protagonismo un candidato antisistema?Probablemente sí, eso ha ocurrido en otras partes del mundo. Pero, por otro lado, hay una tradición democrática que te muestra que se pueden resolver los problemas en democracia, y que el antisistema, al final, genera muchos más problemas, autoritarismos y corrupción incluso. Yo sigo apostando por la democracia.

¿El gobierno de Pedro Pablo Kuczynski (PPK), no necesariamente por él sino por su periodo gubernamental, va a estar marcado por la corrupción de las empresas brasileñas?Obviamente. En los textos de historia del Perú se hablará de que el gran quiebre en nuestro país, de si avanzamos o si nos quedamos en este caos de la corrupción, va a ser el gobierno de PPK. Vamos a ver cómo resuelve y administra la crisis.

¿Qué necesita para resolverla y administrarla?Liderazgo. El movimiento anticorrupción tiene que ser la bandera política del gobierno.

¿Y ve liderazgo en el presidente Kuczynski?Yo creo que su último discurso presidencial ha sido muy fuerte. Ha estado Miguel Grau a su costado de testigo del compromiso que él quiere tomar y seamos optimistas de lo que va a hacer. Yo quiero confiar en que el presidente sabe que acá se está jugando no solo la suerte del gobierno sino la suerte del Perú.

Autoficha

  • "En el Perú no sabemos elegir o elegimos el mal menor. A lo que hay que apostar es a la excelencia. Desgraciadamente, la trampa electoral siempre nos lleva a un callejón sin salida. Todas las elecciones han sido como entre el sida y el cáncer".
  • "Yo creo que el sistema electoral va creando una especie de encrucijada, de callejón sin salida. Esperemos que nuevos políticos surjan en las próximas elecciones y que estén totalmente separados y alejados de este fenómeno de la corrupción que está presente en todo el mundo".