Walter Aduviri fue elegido gobernador regional de Puno en los recientes comicios. (El Comercio)
Walter Aduviri fue elegido gobernador regional de Puno en los recientes comicios. (El Comercio)

Con el inicio del nuevo año, también comenzarán su gestión veinticinco gobernadores regionales que esta semana recibieron sus credenciales junto con el llamado del presidente Martín Vizcarra a ser sus socios en la lucha contra la corrupción.

Los gobiernos regionales son instancias claves en el desarrollo de las provincias y su aporte a la economía. Son actores fundamentales en la descentralización; sin embargo, los hechos nos han mostrado que cuando han sido llevados por su ideología política o por la conveniencia de sus bolsillos, solo han perjudicado el progreso de su región.

Preocupa que en el sur del país, donde hay importantes proyectos, hayan ganado personajes controversiales como Walter Aduviri, en Puno, quien postuló desde la clandestinidad al pesar sobre él una sentencia por el violento episodio del ‘aimarazo’. O Zenón Cuevas en Moquegua, que encabezó desbordadas protestas en el llamado ‘Moqueguazo’. En ambos casos se trata de personajes que movilizaron masas contra la inversión minera al punto de frenar las operaciones.

Sin embargo, los dos son parte de los 15 gobernadores que fueron electos con movimientos regionales, una señal de que los partidos políticos no han sabido construir bases representativas ni liderazgo alguno en esas provincias. Los pueblos no se sienten identificados con los partidos porque estos no han hecho un trabajo efectivo de política ni ofrecen soluciones atractivas y viables a sus demandas.

De los diez gobiernos regionales ganados por partidos, la mayoría es con Alianza para el Progreso de César Acuña; cuatro regiones las ha ganado un partido que tiene diecisiete años. Mientras que Acción Popular, con su larga existencia de 62 años, solo se impuso en tres regiones.

Esperamos que los nuevos gobernadores regionales asuman compromisos contra la corrupción y por el desarrollo de sus territorios y sus pueblos, comenzando por quitar las trabas a las inversiones y ejecutando el canon que aportan estas de manera razonable, con obras que eleven el nivel de vida de sus regiones y no construyendo monumentos para el olvido.

Cuentan las regiones como punto de partida con un presupuesto institucional de apertura de 6,943 millones de soles. El presidente, por su parte, desde su experiencia como gobernador de Moquegua, les ha garantizado una política de puertas abiertas en el Ejecutivo para atender sus demandas. Que así sea. Por el bienestar del Perú.