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Redacción PERÚ21

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Carlos Carlín,Habla.BabasSi ya es increíble que en estos tiempos se dedique tiempo y energía a la discusión sobre la igualdad de derechos de las personas, más increíble es escuchar de la propia boca de religiosos católicos, fanáticos y corderos, su concepto de lo que es "natural" o "anti natural". Para defender sus miedos recurren a textos bíblicos, sacan al fresco lecturas, hipótesis sobre humanidad, párrafos biológicos, defienden la procreación, dicen proteger la familia, forman una trinchera en torno a la unión hombre-mujer. Se arañan, se rasgan las sotanas sin darse cuenta de que su opción de vida no es precisamente la más natural de la creación. Alguien puede explicar ¿Dónde está la naturalidad en el celibato? ¿Cómo favorece a la preservación de la especie una comunidad de curas? ¿Se puede considerar una familia a un grupo de monjitas que viven encerradas en un convento preparando mazapán? ¿Es normal que un niño sea criado por un enjambre de personas del mismo sexo que afirman "estar casadas con Dios"?¿Es normal martirizarse el cuerpo con un silicio? Las personas no nacemos de huevos, del viento o de oraciones; los seres humanos nacemos después del sexo; entonces, amigos defensores de la naturalidad, replanteen primero su propia vida. Siéntense tranquilitos al pie de una montaña y piensen si sus vidas o lo que hacen con ellas (en público o en privado) califican como perfectamente naturales. Entonces, naturalmente obtendrán una respuesta.

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