[Opinión] Richard Arce: Alianza para el trago. (Foto: GEC)
[Opinión] Richard Arce: Alianza para el trago. (Foto: GEC)

Después de la supuesta sanción a Freddy Díaz, el congresista acusado de violación sexual, por parte de la Comisión de Ética del Congreso, por 120 días; que por cierto tuvo que hacerse en sesión reservada tanto en la comisión, como en el Pleno porque había mucha ropa tendida, es hora de  desentrañar el misterio.

La sanción que recibe Díaz no es por la violación sexual, sino por haber libado licor en las instalaciones del Parlamento.Evidentemente lo que correspondía ante semejante escándalo –y sobre todo por el delito grave– es haber sido desaforado por decoro y transparencia.

Más allá de la presunción de inocencia, aquí debió primar una sanción estrictamente política, para el desafuero del congresista Díaz. Pero se han estado coludiendo para blindarlo, recordándonos que “otorongo no come otorongo”.

Ya hay precedente para desaforar a un congresista en menos de un mes –la violación fue hace más de un mes–, lo hicieron en el caso de Kenji Fujimori a través de la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales. ¿Por qué protegen al presunto violador?

Resulta que la principal motivación de este blindaje vergonzoso es que estuvieron libando alcohol un grupo de congresistas, justamente de la bancada Alianza para el Progreso (APP). Ellos y ellas sabían de lo acontecido y durante estas semanas se han prestado al juego de la impunidad y sobre todo a la hipocresía de posponer la sanción a Díaz, porque tenían el techo de vidrio.

Si la sanción de 120 días es por beber alcohol en el Congreso, en este momento los nueve congresistas de APP deberían correr la misma suerte y además de la sanción social, por permitir la impunidad de una violación sexual.

Esto es grave, descalifica al Parlamento y lamentablemente le da una vez más, argumentos a Palacio para encubrir la corrupción que tienen, con la narrativa de la victimización y endilgar los pecados de otros, para santificarse; ni lo duden que lo van a utilizar muy bien Castillo y compañía.