Alentador. Desde el fondo de una piscina llena de botellas y bolsas de plástico emergen los cuerpos de las nadadoras Kate Shortman e Isabelle Thorpe, deportistas olímpicas de la selección de Gran Bretaña.
Estas jóvenes han cambiado sus bellas rutinas de nado sincronizado por una danza que muestra el caos y la contaminación que genera el plástico en el mar.
Con sus pasos quieren protestar ante la indolencia de la gente frente al daño ecológico que propicia este producto que, a la larga, no solo afectará a los animales sino que extenderá el riesgo a la especie humana.