El abuelo de la concertación (Foto: Bloomberg)
El abuelo de la concertación (Foto: Bloomberg)

, exsecretario de Estado de Estados Unidos que entre 1973 y 1977 tuvo varias luces y algunas sombras, cumplió cien años el pasado 27 de mayo. Con la lucidez intacta, su actual preocupación es cómo evitar la tercera guerra mundial. Aquí, su paso por un mundo convulsionado y su paso, ajetreado, por las alturas cusqueñas.

El diplomático es considerado por muchos el arquitecto de la política exterior estadounidense del siglo XX. Durante su gestión como secretario de Estado, se reunió con el líder comunista Mao Tse Tung e instauró una política de apertura con China, aprovechando la rivalidad que este país tenía con la Unión Soviética. Asimismo, fue el promotor de los acuerdos de Paz de París para que Estados Unidos se retire de Vietnam.

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La revista lo entrevistó en su centenario y el veterano resaltó que la política de apertura que implementó en los setenta con el gigante asiático fue cambiada por el expresidente Donald Trump. “Estamos en la clásica situación anterior a la Primera Guerra Mundial en la que ninguna de las partes tiene mucho margen de concesión política y en la que cualquier perturbación del equilibrio puede llevar a consecuencias catastróficas”. Ante ello, el veterano de la diplomacia resaltó que, “cuando estamos en un mundo de confrontación con destrucción mutua asegurada, le debes moralmente a tu sociedad evitarla”.

Con respecto a la guerra entre Rusia y Ucrania, con un lúcido análisis, el exsecretario alertó que Ucrania ha sido armada por los países occidentales al nivel de “que será la nación mejor armada y con la menor experiencia de liderazgo estratégico en Europa”. En ese sentido, señaló que lo mejor para Europa sería que este país ingrese a la OTAN, “donde no puede hacer decisiones nacionales sobre demandas territoriales”.

A sus cien años, la inteligencia artificial no es un tema que le sea indiferente. Ante ello, consideró que el periodo que se vive actualmente es similar al periodo posterior a la invención de la imprenta, “en el que la visión anterior del mundo fue desafiada por una nueva tecnología”. En ese sentido, consideró que es un problema para toda la sociedad.


“PATATÚS” EN CUSCO

Pensador, talentoso y pragmático” son las palabras con las que el excanciller del Perú describe a Henry Kissinger. Para el diplomático, el aporte más importante que tuvo el exsecretario de Estado fue “la incorporación de China a la escena internacional”.  En ese sentido, resaltó el pragmatismo con el que Kissinger lideró la política exterior estadounidense y que le permitió tratar con China y la URSS.

No obstante, el excanciller aseguró que aquel pragmatismo también lo utilizó para “desestabilizar un gobierno como el de Allende porque tenía dos cosas muy claras; así como era muy antinazi, también era anticomunista”. Este evento es “la gran sombra sobre su biografía”.

El diplomático contó que, durante el segundo gobierno del expresidente Fernando Belaunde, Kissinger visitó el Perú y fue llevado a Cusco, donde ocurrió un incidente.

Le dio un patatús, un infarto. Mandaron un avión clínica de la Fuerza Aérea de Estados Unidos a llevárselo. Casi se nos muere en el Cusco”, narró.

Con luces y sombras, Kissinger es un estadista cuya trascendencia será estudiada durante muchas décadas más. Como dijo el excanciller García Belaunde: “Aunque hubo secretarios de Estado importantes, ninguno ha tenido el peso de Kissinger, que era el de un académico muy importante y muy preocupado en sus temas académicos sobre el poder”.

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