John Hinckley, que en 1981 intentó asesinar al entonces presidente de los Estados Unidos, Ronald Reagan; ha sido dado en libertad incondicional este miércoles tras cumplir la orden de un juez federal.
No es la primera vez que Hinckley recibe la libertad, ya que en el 2016 obtuvo libertad condicional tras estar 30 años internado en un hospital psiquiátrico en Washington. Un jurado lo declaró inocente por razón de locura en su juicio en 1982, lo que llevó al Congreso a aprobar leyes que prohibirían el uso de la locura como defensa para futuros juicios.
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En setiembre del año pasado, el juez federal Paul Friedman lo declaró mentalmente estable. Observó que cumplió con los términos de su libertad condicional (limitar viajes), y no veía razón para oponerse a darle la libertad incondicional.
Los médicos que observaron a Hinckley no vieron en él tendencias violentas, y los fiscales federales apoyaron sus observaciones. Pero, mientras todo este proceso ocurría, la única que se opuso a su liberación fue Patti Davis; la hija de Reagan.
A pesar del atentado, Reagan pudo recuperarse rápidamente del balazo; ya que su pulmón perforado fue operado a tiempo. Sufrió del disparo tras salir de un hotel en Washington. Pero su secretario de prensa, Jim Brady, que lo acompañaba ese día, quedó discapacitado por las heridas y murió por ello años después.
Tras recibir las noticias, Hinckley publicó en su Twitter, feliz, “Después de 41 años, 2 meses y 15 días, ¡¡¡LIBERTAD AL FIN!!!”. Varios usuario replicaron a su mensaje, compartiendo su entusiasmo.