Jovita Vásquez Balarezo es la primera docente universitaria de su comunidad. Ella pertenece a la etnia shipibo conibo del distrito de Tahuanía, en la provincia de Atalaya, Ucayali, y ahora, como licenciada de la carrera de Educación Intercultural Bilingüe, prepara a la población indígena para el mundo.

Desde pequeña, cuando jugaba con las muñecas de trapo hechas a mano por su madre, aprendió a compartir y ser solidaria; no solo porque esa es la esencia de su cultura, sino porque se formó en el seno de una numerosa familia de ocho hermanos.

Ella recuerda cuando su padre le dijo que no podía educarla más. Recién había terminado la primaria, pero quería seguir estudiando. Felizmente, con la ayuda de una de sus hermanas mayores, se fue a Pucallpa y logró terminar la secundaria.

Su sed de conocimiento seguía creciendo y, aunque ansiaba estudiar en la universidad, no tenía dinero. Así que no le quedó más alternativa que trabajar. Empero, ocho años después, la Universidad Católica Sedes Sapientiae (UCSS) abrió el programa NOPOKI para educar a jóvenes de comunidades indígenas. Jovita postuló a la carrera de Educación y seis años más tarde logró la anhelada licenciatura.

Ahora, al dar una mirada hacia atrás, reconoce las dificultades que pasa una mujer shipibo conibo para educarse. “La misma cultura nos hace sentir que no tenemos la capacidad de estudiar o acceder a un estudio de este nivel. Otro problema es el factor económico”, asegura.

Sin embargo, para Jovita educar a una mujer es esencial porque ella cumple una doble función: como educadora de sus hijos y como ejemplo profesional para los jóvenes. Por eso, la docente reclama la preparación de más profesores bilingües para que puedan enseñar a los niños y orientar a los padres en su lengua originaria. “Hay niños que no conocen el español porque en las comunidades predomina la lengua oriunda”, acota.

Hoy Jovita trabaja en el área de pedagogía intercultural, en el curso de prácticas preprofesionales de la carrera básica bilingüe de la UCSS. Pero su objetivo es hacer investigaciones sobre los pueblos originarios en el Perú. “Con estos estudios aportaremos a la revalorización de los pueblos originarios y se dará a conocer al mundo que somos seres humanos, que tenemos derechos y las mismas necesidades”, subraya.

Dato

Terminó su maestría en Educación y preside la Asociación Intercultural de
Atalaya.