A pesar de su solemnidad, la Gran Parada Militar no está libre de momentos divertidos que quedan para el recuerdo. Como el caso el pequeño pitbull que, contagiado quizás del patriotismo de las brigadas de Fuerzas Especiales, decidió marchar entre los soldados.
Ignorando el apuro de los que intentaron sacarlo del desfile, el can, cuyo pelaje combinaba con los uniformes de los efectivos, paseó tranquilamente entre los alineados comandos, justo cuando el pelotón hacía el saludo de honor frente al estrado presidencial.