Redacción PERÚ21

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activó un operativo que hizo posible el traslado de Chiclayo a Lima, por vía aérea, dos de los cuatro órganos donados por una joven fallecida para ser trasplantados a pacientes que se encuentran en lista de espera.

El pasado miércoles, los padres de una estudiante de Chiclayo, que falleció a causa de una aneurisma, decidieron donar el corazón, hígado y riñones de su hija para salvar la vida de cuatro personas.

Especialistas del Instituto Nacional del Corazón (INCOR) y del hospital Guillermo Almenara se trasladaron a Chiclayo para concretar el proceso de extracción de los órganos, que luego fueron trasportados, en un vuelo comercial, hacia Lima.

En la capital, gracias al apoyo de la Fuerza Aérea del Perú (FAP), que facilitó un helicóptero, se transportó el corazón desde el Grupo Aéreo Nº8 hasta el helipuerto del hospital Edgardo Rebagliati, para luego ser llevado en ambulancia hacia el INCOR, donde será implantado en una paciente.

En tanto, el hígado fue trasladado en otra ambulancia al hospital Almenara, donde un equipo multidisciplinario realizará el trasplante para salvar la vida de un hombre de 58 años que padece de cirrosis hepática.

Los riñones se quedaron en Chiclayo para ser implantados por médicos del hospital Almanzor Aguinaga a dos pacientes hospitalizados en dicho nosocomio.

“La donación voluntaria de órganos es importante, porque puede salvar la vida de hasta 10 personas que están a la espera de un milagro que les permita seguir subsistiendo y mejorar su salud”, manifestó la presidenta ejecutiva de EsSalud, Fiorella Molinelli.