Teddy Guzmán está en 'Brujas' hasta el 20 de diciembre en el Teatro Marsano. Foto: Julio Reaño.
Teddy Guzmán está en 'Brujas' hasta el 20 de diciembre en el Teatro Marsano. Foto: Julio Reaño.

La talentosa y multifacética conversó con Perú21 e hizo un repaso sobre su vida, contó anécdotas y habló sobre el amor. Desde hace casi medio año, ella está en Brujas, obra que se presentará hasta el 20 de diciembre en el teatro Marsano.

Las funciones son de miércoles a sábados a las 8:00 p.m. y los domingos a las 7:00 p.m. Todos los días habrá precio popular. Las entradas se pueden comprar en Teleticket o en la boletería del teatro.

¿A qué atribuye el éxito de Brujas?

Es interesante siempre una obra con cinco mujeres o más. Es interesante ver qué pasa entre tantas mujeres en el escenario. Creo que es un poco la curiosidad, no solamente de saber cuál es la historia, sino la curiosidad de ver cómo estamos después de tantos años y de vernos juntas, naturalmente. Brujas tiene todos los ingredientes necesarios para ser una obra que debes ver. Y porque cuando crees que ya lo sabes todo, no entendiste nada, ni sabes nada y hay que volver a empezar.

¿La obra volverá el próximo año?

Eso solo lo sabe la productora. Inicialmente, estamos hasta el 20 de diciembre, después, no sé.

Su personaje es protector, ¿qué tanto hay de eso en usted?

Mucho. Mi personaje tiene sus cosas, se las trae, es muy bonito, muy agradable. Hacerlo cuesta un poco por cosas, a veces, subidas de tono, pero es grato hacerlo. Me gusta su frescura, su sinceridad, su franqueza irradia buena vibra.

Marcó un hito haciendo el primer desnudo en el teatro.

Para mí, fue bueno. Lo hice a conciencia, muy convencida. Marqué una etapa, ese desnudo no fue hecho por las puras, estuvo bien dirigido, nadie puede decir que me vio caminando desnuda por el escenario.

¿Se sintió un ícono en algún momento?

Yo no me siento nada. Me siento una mujer que trabaja y sale adelante; y salió adelante en una etapa muy dura con mis chicos, cuando perdí a mi esposo muy joven, pero no me siento icono de nada, yo soy una trabajadora más, lo único diferente es que estoy un poco más hacia el público.

Representó a las mujeres empoderadas.

Actualmente, la mujer se está empoderando. Antes, no. Antes, la mujer era más temerosa, menos audaz. Ahora, la mujer estudia, sale adelante, ya no se quiere casar para que la mantengan ni nada por el estilo. Cuando una mujer muestra empoderada, segura, es un referente para las demás mujeres.

¿Los villanos se divierten más que los protagonistas?

Definitivamente. Me gusta hacer de villana, no me gusta llorar tanto.

¿Y cuál es el papel que más le he marcado en toda su carrera?

Todos han sido un riesgo, todos han sido un reto, todos han sido amados y llevan parte de mí. No tengo uno que me haya costado más hacer, es como cuando tienes un hijo. Nunca un parto es igual al otro. Cada obra, cada novela, cada serie, cada entrevista siempre es un parto nuevo y me gusta. El teatro es mágico, cada papel te emociona, te eleva. Los personajes de la tele también tienen cosas que te ayudan a salir adelante, a ser una persona diferente cada vez, te ayudan a botar cosas que tienes ahí y a veces es necesario reír, llorar, burlarse, cosas que tal vez no haces en tu vida real. La actuación siempre es una terapia.

Hace un tiempo comentó que es un trabajo esclavizante. ¿Se arrepintió en algún momento?

Yo no me arrepiento. Jamás me arrepiento de lo que hago ni de lo que he hecho, pero sí creo que esto es esclavizante más que otros trabajos porque los días en los que los demás se divierten, uno trabaja, precisamente, para que los demás se diviertan. Un domingo un fin de semana, esas cosas que a veces uno no puede hacer, como irse de fin de semana con sus hijos o con el esposo, y si te quedaste sola en la vida, es muy difícil conseguir una pareja estando en este medio.

¿Le molesta la popularidad?

No, yo creo que soy popular hace muchos años. El primer programa cómico que hice fue ‘Estrafalario’ y ya he pasado por una serie de programas. Nunca me ha molestado la popularidad, ni el hecho de que me conozcan porque es parte de lo que yo he decidido. Yo decidí vivir en este mundo, en este medio. Creo que depende de la consideración de la gente, que de repente estés llorando por algo que te está pasando y te vengan a pedir una foto, incluso viéndote llorar, pero estamos expuestas a todo tipo de pedidos.

¿Le han molestado en la calle por alguna de sus interpretaciones?

Sí, las personas me decían que por qué era tan mala (por el papel de Al fondo hay sitio), pero ya no es como antes, pues, cuando uno hacía un personaje de malo y la gente se lo creía con todo. Hasta podían agredirte, pero hoy en día, no. Antes, me han tirado cáscaras de plátano en el mercado cuando hice ‘Los de arriba y los de abajo”. Estaba con ‘insecto’, comprando vasos, y pasó una señora con su carrito de plátano y me dijo que era una conchuda y al ‘insecto’ le dijo que era un “aquí te las traigo, Pancho” porque me llevaba a comprar vasos al mercado después de todos los cuernos que yo le ponía con Reinaldo Arenas. Cositas así, pero eran otras épocas.

Tras quedarse viuda, ¿no quiso rehacer su vida con otra persona?

No se trata de querer o no, creo que me olvidé un poco de vivir. Yo puedo ser libre y conocer a alguien, el problema es que si alguien exista para mí. No me voy a ocupar en buscarlo. Si está, estará. Las cosas pasan cuando tienen que pasar. Como dicen, los tiempos de Dios son perfectos. Así que si tengo que morirme acompañada, me moriré acompañada. Y si no, lo haré sola o con mis hijos, que todavía sigo siendo mamá.

La soledad puede ser un problema para algunos, ¿para usted lo es?

No, amo mi soledad, la disfruto. Salgo cuando me da la gana. Hay días en que ni siquiera he abierto la llave de mi casa porque estoy haciendo mil cosas, lo que me gusta. Me gusta hacer lamparitas en vitral, me encanta hacer manualidades, me cierro mi casa y me pongo a hacer cosas de esa naturaleza y se me pasa el tiempo. También me voy con mis amigos al cine. La pasó bien, no la paso mal, y si tengo que pasarla mal, lo voy a disfrutar, te lo aseguro.

¿Su mamá también fue artista, influyó a la hora de decidir ser actriz?

No, no influyó porque mi mamá no quería que fuéramos artistas. Tal vez influyó el hecho de verla tan linda, muy bien puesta, siempre este aprendiéndose su letra y trabajando duro. Entonces, sí, puede ser la fuerza que tenía mi madre, pero después ella se negaba a que nosotros fuéramos artistas hasta que por fin la convencimos.

¿Tuvo alguna anécdota?

Lo que me pasó es que yo quise debutar como sea en lo que sea, mientras fuera dentro de un medio. Y lo que me pasó es que logré estar como cantante y me olvidé la letra del primer día que salí a cantar. Sentí una vergüenza terrible, sentí que se me abrió el piso y que ya no iba a volver más, pero volví porque quería ser artista.

¿Cómo lo superó?

Porque los artistas superamos un montón de roches.

¿Cuál ha sido el momento más complicado que le tocó vivir en la actuación?

Aquí en Brujas he tenido un momento tremendo, pero no sé por qué no me enteré. Fui al médico al día siguiente, naturalmente, me hicieron una resonancia y parece que había tenido una especie de aneurisma de aire, que comenzó a recorrer mi cabeza y me quedé en nada. Mis compañeras han sido las que han sufrido, yo no porque no lo sentí. No me di cuenta, me quedé callada, pero me dicen que estaba en muy buena actitud, actitud de personaje, pero no hablaba, no decía nada, pero gracias a Dios fue una cosa de aire, todo bien gracias a Dios.

Contó hace poco que sufrió la falta de su padre, que es un problema común en nuestro país. ¿Cómo lo enfrentó?

Los años, el razonamiento, el hacerme mujer y dejar de necesitar a una persona en mi vida.

¿Lo perdonó?

No suelo perdonar.