En medio del deterioro institucional, el aumento de la corrupción y la incertidumbre por la inestabilidad política, hacer o emprender un negocio en Perú es cada vez más difícil, porque es un proceso largo, costoso y engorroso. El tiempo que toma constituir una empresa en el país es de uno a dos meses, dependiendo de sus características específicas, mientras que el costo total de los trámites bordea los 355 dólares, mientras que en Chile demora un día y cuesta 16 dólares en promedio, según un análisis de la Asociación de Contribuyentes. FOTOS: FRANCISCO NEYRA / GEC
En medio del deterioro institucional, el aumento de la corrupción y la incertidumbre por la inestabilidad política, hacer o emprender un negocio en Perú es cada vez más difícil, porque es un proceso largo, costoso y engorroso. El tiempo que toma constituir una empresa en el país es de uno a dos meses, dependiendo de sus características específicas, mientras que el costo total de los trámites bordea los 355 dólares, mientras que en Chile demora un día y cuesta 16 dólares en promedio, según un análisis de la Asociación de Contribuyentes. FOTOS: FRANCISCO NEYRA / GEC

Por Asociación de Contribuyentes

En medio del deterioro institucional, el aumento de la y la incertidumbre por la inestabilidad política, hacer o emprender un negocio en Perú es cada vez más difícil, porque es un proceso largo, costoso y engorroso. El tiempo que toma constituir una empresa en el país es de uno a dos meses, dependiendo de sus características específicas, mientras que el costo total de los trámites bordea los 355 dólares, mientras que en Chile demora un día y cuesta 16 dólares en promedio, según un análisis de la Asociación de Contribuyentes.

Esto guarda relación directa con que los empresarios y trabajadores formales en el Perú no superan el 20% de la economía en todos sus sectores. Además, la pobreza está vinculada a la , debido a que los sueldos son bajos y a la ausencia de beneficios laborales.

Perú ocupa el puesto 76 de 190 países respecto a la facilidad para hacer negocios, según el Doing Bussines del 2020. Hasta ahí, no pareciera que estamos tan mal, pero si miramos con cuidado las variables que se evalúan, hay una que es ‘iniciar un negocio’, y aquí la cuestión se torna grave pues en este criterio ocupamos el puesto 113 de 190. En los años anteriores, tampoco nos fue bien. En 2019 estuvimos en el puesto 125 de 190 y en 2018 en el 114 de 190.

Si analizamos esos datos, vemos que el problema está en la cantidad de procesos, plazos y dinero que implica iniciar un negocio (ver infografía). Esto incluye no solo el papeleo para la constitución de la empresa, sino también otros trámites exigibles para el inicio de actividades, como la licencia de funcionamiento municipal, autorizaciones sectoriales o registro laboral, entre otros.

A esto se suma que la crisis provocada por la pandemia golpeó más a los emprendedores. En 2020, se registraron unas 3.1 millones de mypes (micro y pequeñas empresas) en todo el país, un 48.8% menos que en 2019. Según cifras de la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho), las mypes dieron trabajo a 4.5 millones de personas en 2020, un 48.6% menos que el año anterior.

Así y todo, según el INEI, en el año de la pandemia se crearon 235,000 nuevas unidades empresariales, la mayoría unipersonales y dedicadas a la venta minorista, como respuesta a la pérdida de 2.2 millones de puestos de trabajo por la crisis económica. “Emprender es la forma en la que muchos peruanos buscamos desarrollarnos y crecer, pero para hacerlo de la mejor manera hace falta que el Estado allane el camino a la formalidad, con trámites simples, menores costos y tiempos y mayor orientación y acompañamiento”, señala Inés Marrache, de la Asociación de Contribuyentes.

¿Cómo promover la formalidad y el crecimiento?

Como hemos visto, la burocracia es la que pone trabas a los empresarios formales, que son quienes generan riqueza y trabajo en el país, sin contar que esas barreras son muchas veces fuente y caldo de cultivo de la corrupción, por lo cual se necesitan cambios que promuevan mayor formalidad y crecimiento económico.

Hay varios caminos para conseguir esto. Por ejemplo, reducir la complejidad y los costos asociados a iniciar un nuevo negocio. El Banco Mundial sugiere simplificar las formalidades de registro, como trámites notariales; reducir los pasos y entidades a las que acudir, a través un portal único que genere predictibilidad y simplicidad para que cualquier persona inicie un negocio, como ocurre en Chile o Colombia, donde es menos engorroso emprender. Finalmente, es importante que el Estado oriente al ciudadano para que sepa cómo es este proceso, para hacer así más atractiva y accesible la formalización de empresas en el Perú.

Otras experiencias de simplificación

Revisar y evaluar lo que hacen bien otros países para simplificar el proceso de constitución de empresas puede ser útil para adaptar algunas medidas a nuestra realidad. En 2013, Chile aprobó una ley que abrevió este trámite a solo un día y los resultados han sido evidentes. Hoy lidera el ranking Doing Business en la región. En 2015, Colombia inició un proceso similar y en 2017 empezó a funcionar la Ventanilla Única Empresarial, en la que toma 4 días y 8 trámites poner en marcha un negocio formal.