El controvertido proyecto de la central de Inambari aún es una prioridad para Brasil, según lo afirma el diario de ese país Folha de Sao Paulo. El gigante sudamericano necesita añadir a su sistema eléctrico 18 gigavatios (GW) hasta 2020 para asegurar un crecimiento anual de su economía de 4% a 5%.
Pero ante el alto costo de la generación en su territorio, el gobierno de Dilma Rousseff ha implementado un ambicioso plan para construir once centrales hidroeléctricas en Sudamérica con una inversión de US$28 mil millones.
"El gobierno brasileño creó un plan B para ampliar la oferta de energía. Para esto, está acelerando un proyecto de integración con los países vecinos. El principal es Perú. Folha averiguó que el acuerdo con ese país está a punto de ser enviado a los congresos de ambas naciones", sostiene la publicación.
FUE CANCELADOEn 2009, el exministro del Ambiente, Antonio Brack, advirtió que llevar a cabo Inambari supondría la inundación de 48 mil hectáreas de bosques, extensión que incluye centros poblados.
Egasur, empresa de capitales brasileños que se adjudicó la concesión, minimizó después el impacto, pero la población de Madre de Dios, Puno y Cusco mantuvo una férrea oposición a la obra.
Ante las protestas que incluyeron paros regionales, el gobierno de Alan García decidió, en junio de 2011, cancelar el permiso que tenía Egasur para estudios en la zona.
Según Folha, la razón de peso que atrae a los brasileños es el bajo costo de la generación en Perú. Mientras que en su territorio cuesta US$77 el megavatio/hora, aquí es de US$52 y en Bolivia, US$58.
SABÍA QUE
- Empresas interesadasInambari fue adjudicado en junio de 2008 al consorcio Egasur formado por la estatal Electrobras, Furnas y OAS.
- Fuerte inversiónConstruir la central en la selva peruana demandaría más de US$4,000 millones. El consorcio destinaría US$600 millones para el impacto social.