(Paul Vallejos)
(Paul Vallejos)

es una mujer llena de metas y sueños. Desde que se comprometió con el paradeporte y la idea de ser una profesional, no ha parado de lograr grandes éxitos para el deporte nacional. Pese a que desde niña fue perdiendo la capacidad de caminar y correr de manera progresiva, eso no ha sido impedimento para que continúe avanzando y creciendo como persona.

La actual campeona mundial de parabádminton acaba de ser reconocida como Paratleta del año por el Comité Paralímpico de las Américas, marcando un 2022 de ensueño. No obstante, ella está más feliz por el ejemplo que viene dejando para las siguientes generaciones de paradeportistas peruanos.

¿Por qué decidiste elegir esta disciplina?

Creo que tuvo mucha influencia el hecho de que la Federación Peruana de Bádminton tuviera un programa de parabádminton bastante constituido. Tenían ya entrenamientos programados, un local y un entrenador, mientras que en los otros deportes eso era lo que más faltaba. En otras disciplinas, yo misma tenía que contratar un entrenador o conseguir las canchas. Soy una persona bastante deportista y practico más de un paradeporte. Sin embargo, me prometí a mí misma conseguir una medalla de oro en los Panamericanos Lima 2019 y para eso debía medir mis chances y elegir un deporte para meterme de lleno. Empecé a practicar bádminton en 2016 y me quedé bastante sorprendida con la técnica de las jugadoras asiáticas y europeas.

¿Fue un amor a primera vista por este deporte?

Siendo sincera, fue ‘qué aburrido’. No me gustó y no me llamaba la atención. Era muy diferente al básquet y el tenis, que también practico. Pensaba que era fácil, pero, conforme fui jugando con rivales de más nivel, la pluma fue incrementando la velocidad y la cancha se me hacía grande. Se podría decir que fue un gusto adquirido; además, el bádminton es un deporte que reúne bastantes aspectos físicos, mentales y estratégicos.

Hace poco saliste campeona en Japón y, además, fuiste reconocida como Paratleta del año por el Comité Paralímpico de las Américas. ¿Cómo te encuentran hoy estos títulos tan importantes?

Hoy soy una Pilar mucho más madura como paradeportista y como persona. Ahora tomo con mucho más profesionalismo cada competencia y, además, he crecido muchísimo como ser humano. Todo eso ha hecho que mi juego mejore. Ha sido muy valioso no solo aprender de los que más saben, sino también aprender de los que recién están aprendiendo. En un momento pasé por momentos complicados de salud antes de los JJ.OO. y eso me afectó bastante. No obstante, esa situación me hizo madurar muchísimo. Yo me moría por ir a la cancha, pero aprendí que sin salud uno no puede hacer nada. Todos estos aprendizajes han tenido un impacto positivo en mí. La diferencia entre la Pilar de 2016, cuando empecé el bádminton, y la Pilar de ahora, es que hoy disfruto cada partido, gane o pierda.

Gracias al deporte has tenido la oportunidad de viajar. ¿Qué tanta es la diferencia en cuanto a infraestructura para personas con discapacidad entre otros países y el Perú?

Hay una gran diferencia. Para todo acceso hay una rampa o un elevador. Sin embargo, creo que la diferencia más grande no es la infraestructura, sino en la cultura y el respeto. En el extranjero, siempre respetan el lugar preferencial o te ceden el espacio. Aún tenemos mucho que aprender en Perú, pero poco a poco estamos mejorando. Podemos ahora ver un cambio desde los más chicos y eso es gracias también a la difusión que se le da a todo lo que se puede hacer en silla de ruedas. Incluso ni yo sabía mucho de los paradeportes.

¿Sientes que tu trayectoria es un catalizador para que más peruanos con discapacidad practiquen paradeportes?

De niña, yo podía correr y caminar. Con el pasar de los años, me diagnosticaron luxación de cadera congénita bilateral. Desde los 10 a los 19 años, pasé por distintos procesos de operaciones, inmovilización y terapias. En la adolescencia fue complicado, porque quería ser como todos, ir a fiestas como todos y hacer deporte como todos. Era difícil para mí. Mientras uno se opera para estar mejor, en mi caso era lo contrario. Primero empecé a usar muletas, después los andadores y lo último que pensaba usar era la silla de ruedas. Tenía ese miedo y esa sensación fea de que me miren en una silla de ruedas. Finalmente, la vida hizo que caminara menos, pero no por eso dejé de avanzar. Antes me preguntaba por qué tenía que pasar por todo eso y ahora entiendo el porqué. Dios sabe por qué hace las cosas. A raíz de lo que he hecho en el parabádminton, he conocido muchos chicos con discapacidad que se animan a realizar deportes y muchos padres me escriben emocionados para preguntarme cómo sus hijos pueden empezar en los paradeportes. Hay varios chicos a los que he invitado al paradeporte y hoy tienen sus medallas panamericanas. Me siento orgullosa, porque yo los animé, pero está en ellos seguir. El anhelo es que el paradeporte crezca más en el Perú.

¿Cuál consideras que son los sesgos más comunes sobre los deportistas en silla de ruedas?

Es la idea de que no son disciplinas competitivas. Es algo que tenemos que enfrentar. Lamentablemente, a los paradeportistas no nos ven como deportistas de alto rendimiento. Siempre se marca distancia entre los deportistas convencionales y los paradeportistas. Ahora hemos regresado del mundial y con mis compañeros hemos sacado cinco medallas. Es un hecho histórico no solo paradeporte nacional, sino para el deporte peruano en general. De mi parte, como deportista, por ejemplo, creo que lo que enseño como paratleta es mucho más valioso que los títulos obtenidos.

AUTOFICHA

“Mi nombre es Pilar Jáuregui. Tengo 34 años. Nací en Puno y vivo en el Cercado de Lima. Soy parabadmintonista nacional. Actualmente soy campeona mundial de parabádminton. Soy una persona muy alegre y que trabaja demasiado por conseguir lo que se propone”.

-“Me encanta pasar tiempo con mi familia, aunque muchas veces no estoy con ellos por los entrenamientos y campeonatos. Sin embargo, el poco que tengo con ellos lo disfruto un montón. En mi tiempo libre, practico otros deportes, como el básquet, tenis o surf”.

-“Mi otro gran pasatiempo en la vida es hacer sudokus, me distrae bastante. Los hago cuando tengo horas libres o si estoy viajando para competencias. Estudié Diseño de Modas y actualmente estoy trabajando en un proyecto dedicado a la venta de sillas de ruedas especializadas para paradeportistas”.

-”Los logros deportivos son fruto del trabajo, duro entrenamiento y esfuerzo. Sin embargo, el apoyo de la empresa privada también ha sido clave en mi carrera. Desde el inicio he tenido el apoyo de marcas como Nike, Diners Club, Unacem y Gatorade”.

TAGS RELACIONADOS