Zara Alanya ganó en los premios Summum. (Foto: Martin Pauca).
Zara Alanya ganó en los premios Summum. (Foto: Martin Pauca).

Tuvo un sueño. En él su padre le dijo: “Cuando llegues a la esquina, voltea”. La había dejado en Chacarilla. Caminó con una piedra en la mano y le volvió a hablar: “Cuando voltees, la sueltas”. Siguió caminando y llegó al negocio de su madre donde encontró una torre de cupcakes. Abrió la puerta y estaba el nombre de su padre: Luis Alanya. El primer negocio que abrió fue en Chacarilla y le puso Alanya.

Zara Alanya, formada en Barcelona, ya tiene tres tiendas, en Barranco y Surco, y la última de ellas en el balneario de Asia. Y Alanya fue elegida la Mejor Pastelería en los premios 2023. “No me lo esperé”, me dice. Esa noche la acompañaron su hija y su madre.

Dice que se ha caído muchas veces. A veces se pregunta “¿por qué sigo?”. En su mirada aloja cierta melancolía. Pero sus fuerzas descansan en su madre e hija. “Siento que tengo mucho por pagarle a mi madre, es como mi motor”, me dice.

A su padre nunca le pudo decir “te quiero” o abrazarlo. Hacer historia con su apellido es una forma de hacerlo.

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Espacios como Alanya son como refugios en medio del caos.

Las cafeterías han tomado una posición bien fuerte en Perú, antes no era así. A la cafetería ya la estás tomando por costumbre ir todas las mañanas. Ya puedes ir a tomarte un café mientras lees un libro o antes de hacer deporte, porque abrimos desde las 7 de la mañana. El home office ya no se hace en casa sino en los locales.

Y se puede encontrar café de especialidad.

Ahora la gente busca un café de especialidad, ya no son las cafeterías de antes donde te vendían un café superquemado.

Son lugares más cálidos, sin ser ostentosos, más cercanos.

Alanya es como sentirse en casa. Las cafeterías se están acercando más al contacto con el cliente.

Zara Alanya ganó en los premios Summum. (Foto: Martin Pauca).
Zara Alanya ganó en los premios Summum. (Foto: Martin Pauca).

¿Por qué eliges este rubro?

Yo vengo de una familia muy comerciante. Mi mamá provinciana y mi papá limeño, ella vino de Churín, de un pueblito más arriba que se llama Mallay, a una hora caminando. Mi abuelo materno es cajamarquino y mi bisabuela era panadera en Cajamarca. Pero mi mamá vino a los 12 años a Lima. Y ya luego mi mamá conoció a mi papá y él vendía frutas en el mercado de Surquillo. Ella se casa a los 19 años. Ambos eran comerciantes y yo he crecido en medio de eso, recuerdo que mi mamá tenía una tienda de golosinas. Viajaban a Huancayo llevando panetones. Y he crecido en la tienda de mi mamá en Villa María, tenía una distribuidora de golosinas. Era Navidad y afuera mi mamá tenía una terraza donde vendíamos.

Primero fuiste negociante antes que pastelera.

Sí. Y salí embarazada a los 18 años. Yo había entrado a estudiar administración, aunque yo quería estudiar cocina.

¿A quién veías cocinar?

A mi nana, la señora que crio a mis abuelos; había vivido con mi bisabuela y vino a cuidar a mi mamá y después a nosotros, y me prohibió que yo entre a la cocina. En mi casa comíamos mejor que en un restaurante. Se llamaba Panchita. A las 3, 4 de la tarde mi casa olía a pastel de acelga, a pan, a pie de manzana, rosquitas. Yo me ponía a hacer, pero Panchita me decía “no, tú tienes que estudiar”. Mi papá tampoco quiso y dije “bueno, estudiaré administración”. También quería estudiar arte y no pude ingresar.

¿En la repostería hay arte?

Ocurre cuando matizas un color, cuando expresas algo. En mis postres, por ejemplo, Isabel está dedicado a mi mamá y mi hermana; Sarita es un postre de Cataluña, que es como un agradecimiento; tengo la tortita de tres pisos con margaritas, donde cuento a través del “me quiere, no me quiere” que no me he podido casar y que he tenido decepciones… Y entonces, como salí embarazada no pude seguir estudiando, tuve que cuidar a mi hija y necesitaba algo que me dé dinero mientras estaba en casa. Mi hija cumplía años y yo le hacía las tortas, las galletas; y mis tías me pedían.

Se juntó todo: la hija, dejar de trabajar, la separación con el papá de tu hija.

Mi mamá me ayudó bastante. Me comencé a pagar un curso en D’Gallia, pero era cocina y yo quería pastelería. Y mi mamá como me vio empeñosa me dijo que me pagaba el curso de pastelería y me cambié a la USIL y de ahí me salió un viaje a Barcelona, apliqué para un curso allá y solo a mí me dieron la visa. Mi hija tenía 5 años y me fui sola a Barcelona. Fue duro, al tercer mes me quería regresar. Estuve casi dos años. Pero cuando vine no pude hacer nada, porque la pastelería en Barcelona estaba muy adelantada y acá no había nada; trabajar en un hotel era ir a las 3 o 4 de la mañana. Empecé a vender empanadas, le vendí a las cafeterías.

¿Así llegaste al negocio propio?

Abrí un local y me fue muy mal, la gente no entendía los postres, se me malograban, me deprimí. No sé cómo saqué fuerzas. Me he aferrado bastante a mi negocio. Y siempre estoy en proceso de creación. Ahora queremos buscar frutas nuevas; por ejemplo, el turista ama la lúcuma, es el postre que más sale.

Zara Alanya ganó en los premios Summum. (Foto: Martin Pauca).
Zara Alanya ganó en los premios Summum. (Foto: Martin Pauca).

¿Falta que la pastelería peruana tenga una identidad?

Eso siempre digo. Todos venden torta de chocolate. Hay que encontrar tu identidad. Un postre de Alanya ya tiene identidad. Quiero hacer crecer la pastelería.

¿Eres más negociante o pastelera?

Pastelera, pero tengo el lado negociante. Le doy importancia a la calidad, no vendo grasa, azúcar, yo vendo sabor. El postre no te tiene que hacer daño, vendes un postre, no un dulce.

AUTOFICHA:

-“El primer local que abrí con mi nombre se llamó Zara Alanya Repostería, después la tienda Zara, a través de Indecopi, me mandaron una carta y tuve que dejarlo como Alanya, por mi papá. Se viene el local en El Polo y vamos a darle una vuelta a este local de Barranco”.

-“El primer local que abrí con mi nombre se llamó Zara Alanya Repostería, después la tienda Zara, a través de Indecopi, me mandaron una carta y tuve que dejarlo como Alanya, por mi papá. Se viene el local en El Polo y vamos a darle una vuelta a este local de Barranco”.

-“Este local de Barranco lo vamos a volver más experimental. Este año es netamente enfocados en los productos y en estos locales que tenemos. Del extranjero tengo una propuesta para ir a Estados Unidos, pero con otro nombre, estamos en conversaciones, allá no es fácil buscar un local”.

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