Juan García y el zapallo loche.
Juan García y el zapallo loche.

Viene de la chacra. “Hemos estado limpiando el tronquito del loche”, me dice. Escarban y limpian para que no lo afecte mucho la plaga por la lluvia. “Para que no se pudra el tronquito”, agrega. Juan García Coronado cultiva 4 mil tronquitos de esta hortaliza, distribuidos en cuatro hectáreas de terreno.

El zapallo loche, columna vertebral de la identidad de Lambayeque, fue reconocido como Producto Emblemático en la reciente edición de los 2023. Alimento que convive entre nosotros desde el periodo lítico (15000 a.C.-7600 a.C.) e inicios del periodo arcaico (7600 a.C.-1700 a.C.), e identificado con los antepasados moches, presencia que la plasmaron en su cerámica.

Juan está en su casa, en Pomac III, donde se encuentran sus chacras. Su día empieza a las 4:30 de la mañana y se acuesta a las 11 de la noche. Le pregunto en qué momento descansa, solo ríe con la serenidad y la confianza del deber cumplido. Marleny contesta mi llamada telefónica. Ella es su esposa, su compañera de vida. “A las finales nos vamos quedando solos ya, pues”, dice.

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-¿Cómo empieza su relación con el zapallo loche?

Mire, cuando yo tenía 8 años ya mi padre hacía que le alcance la semilla del loche para que él siembre.

-¿Usted estaba de acuerdo que lo lleven al campo?

Me ha gustado sembrar el loche desde niño. Uy, yo ahí mismo que mi padre me decía, le decía “ya, papá, vamos”. Más sembrábamos desde 2 de la tarde hasta las 7 de la noche. Antes cultivaba en Íllimo, hasta joven, que me vine a Pomac III, donde tengo 35 años sembrando loche. Esto antes era un bosque. Cuando vine ya era papá, tenía 24 años, tenía un hijito. A los 29 años ya tuve mis cuatro hijitos. Primero iba con mi esposa al campo; cuando mis hijos tenían 8 añitos ya me alcanzaban en la chacra.

-¿Alguna vez no pensó en dedicarse a otra cosa?

A veces he sembrado un poco de maíz, pero no era como mi loche que me había enseñado mi padre.

-O migrar a Lima y acá trabajar en otra cosa.

¡No! Qué me voy a acostumbrar a Lima. Mi chacra es mi chacra. La chacra es bonito cuando uno siembra las plantas del loche.

-Mucha gente dejó sus terrenos por venir a la ciudad.

Mucha gente sí, pero yo no.

-¿Cuáles son las bondades del zapallo loche?

La aroma. El sabor de Lambayeque es muy diferente a otros loches. En otros lugares encontrarán zapallos que pesan 23 kilos, acá pesa hasta dos kilos.

Juan García en la chacra.
Juan García en la chacra.

-¿Cómo sé que estoy comprando un buen loche?

La color, el sabor… Si usted va a comprar cualquier loche que le va a echar al cabrito son igualitos casi, pero el sabor no, ni el aroma.

-¿A qué sabe y huele?

Por ejemplo, si en la noche entran a la chacra a romper el fruto, desde lejos huele el lochecito que lo están estropeando. Uno pasa a un kilómetro de lejos y cómo huele el loche, es aromático.

-¡El loche habla!

Sí. Incluso, cuando lo llenan en el saco tiene un sonidito cuando se chocan entre loches.

-Y a nivel nutricional, ¿qué beneficios tiene?

Tiene vitaminas A, B, C. Por lo menos, para las criaturas es bueno que lo coman en la papilla. Mis hijos lo han comido con la papilla.

-¿Qué lo diferencia de otros zapallos?

Es durito. De otros sitios es aguachento. Y no es tan grande.

-¿En qué platos prefiere el loche?

Mire, el loche es rico en todo, en el cabrito, en el arroz con pato, en el arroz con pollo, en el guiso, hasta en los sancochados, en el arroz también: desde lejos huele cuando uno destapa la olla. Pero en el cabrito y en el arroz con pato funciona mejor. El arroz con pato con su piqueo de cebiche de caballa y su trozo de loche.

-¿Cómo es el proceso de cultivo?

Mire, ahorita está produciendo hasta diciembre. De ahí, enero empieza a escasear, por la calor. Da, pero poquito, unos lochecitos chiquitos, potoncitos. En mayo ya volvemos. Por eso de enero a mayo se pone un poco caro porque escasea. En febrero estamos sembrando de vuelta y mayo vuelve a dar su fruto. De ahí sembramos en escala: marzo otro pedacito, abril otra hectárea, vamos por partes, porque el loche dura seis, cinco meses nomás. Hacemos varias siembras. Pero en Pomac III es la mejor producción.

-¿En qué otros lugares se siembra?

En Pisco, en Reque, Úcupe. Pero no es igual como el loche de acá. Acá nos dieron el reconocimiento de Indecopi.

-¿Los peruanos conocemos el zapallo loche?

Algunos. Si lo conocieran más, consumirían más el lochecito y más negocio para nosotros. Hay años que da bastante, pero no hay negocio.

-¿Están exportando?

No. Queremos exportar, pero falta conocimiento.

-¿Qué le decía su padre?

Nos conversaba que el loche que sembraron ellos lo ha sembrado su padre, sus abuelos, desde la antigüedad.

-¿Sus hijos también están involucrados?

Sí, también. Los cuatro. Ya está asegurada que la tradición no muera.

-El loche ya es miembro de su familia.

Claro. Uno cuando siembra esa plantita la vas a ver a cada rato, la cuidas, la proteges. Uno cuida bastante la plantita.

AUTOFICHA:

-“Soy Juan García Coronado de Pomac III. Nací en Íllimo. Tengo 57 años. Me dediqué a trabajar, no terminé el colegio. Hice hasta tercer año de primaria. Con mis hijos aprendí algo, aunque hasta tercer año ya sabía algo. Mis hijos sí acabaron el colegio y se fueron a la universidad”.

-“Mis hijos ya trabajan en Lima. Pero todavía no tengo ningún nieto, ya vendrán. Proyectos hay hartos. Me gustaría conseguir un mercado para vender el loche, para salir un poco porque nos ha golpeado duro las lluvias, pero quién puede con la naturaleza de Dios, pues”.

-“El zapallo loche que vendo lo compran acá en la chacra nomás. Cualquiera puede venir a la chacra y comprarlo. Si vienen a la chacra, ya: ¿Cuántos quieren? Y, encima, dos de yapa (risas). Acá estamos con mi esposa, que ya es mi compañera de vida, porque los hijos se van pues”.

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