Johnny Saavedra, exagente de la UDEX, piensa que adaptarse a esta pandemia del coronavirus es similar a lo que él tuvo que hacer cuando perdió la visión. (Foto: Atoq Ramón)
Johnny Saavedra, exagente de la UDEX, piensa que adaptarse a esta pandemia del coronavirus es similar a lo que él tuvo que hacer cuando perdió la visión. (Foto: Atoq Ramón)

Desde que Johnny era un niño admiraba a los policías que veía pasar por las calles de su natal , soñaba con formar parte del cuerpo de uniformados cuyo trabajo es brindar seguridad a la ciudadanía. Pero cuando cumplió 16 años y terminó el colegio, una nueva pasión lo tentó: el fútbol.

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Primero jugó en un equipo de su barrio llamado San Lorenzo y luego lo jalaron al emblemático equipo piurano . Su posición era la de arquero y se mantuvo en el equipo por tres años. Luego se dio cuenta de que su verdadera vocación era la de ser policía y viajó a Lima para postular a la entonces Escuela de Oficiales de la Guardia Republicana.

El coronel en retiro y héroe de la habla de las habilidades de un portero como si se tratara de las de un experto en neutralizar bombas. “Tienes que ser ágil, un poco temerario, salir a cortar, tomar decisiones rápidas”, comenta.

Cuando habla de sus compañeros policías que ahora están en las calles enfrentando la amenaza del , su voz se corta un poco y se disculpa. “Yo sé lo que están pasando ellos”, dice. Johnny perdió la visión en la época más dura del terrorismo. Un explosivo le reventó en la cara y lo dejó sin la posibilidad de volver a ver. Tuvo que reaprender a vivir sin uno de sus sentidos y lo logró. Por eso está seguro de que todos podremos adaptarnos a esta y cualquier nueva circunstancia que nos toque enfrentar.

¿Por qué decidió enfilarse en una unidad tan riesgosa como la UDEX?

Me escogieron. Cuando era un cadete, empezó el terrorismo. Nuestros instructores nos decían que el Gobierno no quería reconocer que era un grupo de subversivos, sino decían que eran abigeos, pero en las escuelas ya nos estaban preparando para lo que se venía. Nos explicaban que había un partido que estaba organizando una guerra.

¿Se fue a desactivar bombas en cuanto salió de la escuela?

Primero, cuando terminé la escuela en el 84, eligieron a 15 subtenientes de mi promoción y nos enviaron al batallón antisubversivo Yapanati, en La Atarjea. En el año 85 me comunican que tengo que ir a Ayacucho, tuve que dejar a mi hija de 7 días de nacidita y me fui al puesto de control territorial del Puente Chacco. Era muy importante porque si volaban ese puente, Ayacucho, Junín y otras ciudades se quedaban sin contacto.

¿Y después adónde fue?

Volví a Lima, estuve un mes en La Atarjea preparando gente. Luego me llaman y me dicen que tengo que ir a la unidad antiexplosivos.

Johnny Saavedra, héroe de la UDEX, perdió la vista después de que una carga explosivo le explotó cuando intentaba desactivarlo. (Foto: Atoq Ramón)
Johnny Saavedra, héroe de la UDEX, perdió la vista después de que una carga explosivo le explotó cuando intentaba desactivarlo. (Foto: Atoq Ramón)

¿No le dio miedo?

El miedo era permanente porque fue una época muy difícil. Pero ahí estaban la vocación y el deseo de servir a la patria.

¿Los explosivos que preparaba Sendero Luminoso eran muy rudimentarios?

Al principio, hacían paquetes de explosivos de un nivel intermedio, pero poco a poco se fueron tecnificando más. Es que hubo universidades que se convirtieron en centros recalcitrantes del terrorismo. De ahí salió gente que sabía armar sistemas electrónicos para explosivos.

¿Qué tan buena protección tenían para su tarea?

Teníamos unas camionetas especiales y un material de desactivación. Un traje tipo astronauta y también los trajes zapadores, que eran una especie de pañales que cubrían hasta la parte pectoral. Estos últimos eran los que más usábamos para trabajar, porque el otro traje completo pesaba muchísimo, llevaba un sistema de refrigeración, 20 baterías, un sistema de comunicación. Además, uno tardaba mucho en ponérselo y teníamos que hacer las cosas rápido.

El coronel en retiro, Johny Saavedra, espera que si se comprobaran los actos de corrupción en la Policía durante la emergencia por el coronavirus les debe caer todo el peso de la ley. (Foto: Atoq Ramón)
El coronel en retiro, Johny Saavedra, espera que si se comprobaran los actos de corrupción en la Policía durante la emergencia por el coronavirus les debe caer todo el peso de la ley. (Foto: Atoq Ramón)

¿Qué piensa alguien antes de ir a desactivar un explosivo?

Nosotros éramos una gran familia, en la UDEX no usábamos grados, todos éramos iguales. Conocíamos los problemas de todos. La sinceridad era muy importante porque cuando alguien no se sentía bien, mejor iba otro agente. Tú tenías que estar con todos tus sentidos puestos en el artefacto a la hora de intervenir, tenías que estar bien mentalmente. Por algo nuestro lema es “El primer error es el último”.

¿En qué año perdió la visión?

Yo me accidenté el 17 de mayo del 91. Ese día –en el calendario subversivo– se celebraba un año más de la lucha armada en el Perú. En las primeras horas de la mañana empezaron las explosiones en toda Lima. Nos comunicaron que frente a un nido de niños habían dejado un artefacto explosivo tipo banderola. Fuimos con el chofer y un agente más y procedimos a intervenirlo. Cuando estábamos abriendo la caña donde estaba la carga, explotó. Mi compañero perdió un ojo, una pierna y un brazo. Yo las vistas. Todos los que estábamos en la UDEX sabíamos que podíamos terminar discapacitados, mutilados o en pedazos. Mi esposa estaba embarazada de mi segundo hijo. A él ya no lo llegué a ver.

¿Cómo fue adaptarse a vivir sin ver?

Yo diría que es como adaptarse a vivir ahora con el virus. Tuve que reaprender a hacer varias cosas. Después de mi luto y mi dolor por haber perdido un sentido, tuve que retomar mi vida, tuve que aceptar lo que estaba pasando y adaptarme. Ahora todos tenemos que aprender a mantener una nueva distancia, hábitos de higiene más estrictos.

A pesar de que llevaron al exagente de la UDEX, Johnny Saavedra, a un hospital de Estados Unidos, no pudieron salvarle la visión. (Foto: Atoq Ramón)
A pesar de que llevaron al exagente de la UDEX, Johnny Saavedra, a un hospital de Estados Unidos, no pudieron salvarle la visión. (Foto: Atoq Ramón)

¿Le parece difícil el trabajo de la PNP ahora?

El trabajo de ahorita de la Policía es más riesgoso, incluso, que lo que nos tocó vivir en la lucha contra el terrorismo. Si bien los subversivos estaban escondidos, camuflados, en algún momento los veías. En cambio, ahora no pueden ver al virus. Tienen que acercarse a las personas que desacatan la cuarentena y se contaminan... Yo sé lo que ellos están pasando.

¿Qué le parecen las denuncias de corrupción que involucran a la PNP?

Si son culpables, que les caiga todo el peso de la ley. No pueden poner en riesgo a nuestros hermanos que están en la primera línea de defensa.

AUTOFICHA

- “Soy Johnny Manuel Saavedra Mejía, nací en Piura el 22 de junio de 1958. Estudié en el emblemático colegio San Miguel. Jugué en el Grau con el profe Guillermo Quineche, con la ‘Cucaracha’ Mora, el ‘Camarón’ Saavedra, Leiter Amaya, Pablito Gutiérrez Rojas”.

- "La carrera militar y policial es una vocación porque sabes que no es un gran sueldo, que no vas a ver mucho a tu familia, que vas a regresar a casa a cualquier hora. Pero la vocación es más fuerte. Creo que todos los que se meten a la Policía vamos a servir. Sabía lo que me podía pasar”.

- “Tengo la recompensa de haber servido a mi patria. No recuerdo la cantidad de bombas que desactivé, pero fueron muchísimas. Cuando capturaron a Abimael Guzmán, yo estaba en mi casa almorzando, ya estaba ciego, pero me mantenía informado. Sentí alivio y que mi sacrificio no fue en vano”.

- Pronto se verá el documental “Con el alma en vilo” de Luis Enrique Cam, que mostrará los testimonios de veteranos de la UDEX durante la peor época del terrorismo. Estreno por Movistar Play.

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