En el peor de los casos, si su evolución no es favorable, podría terminar requiriendo la extirpación de los testículos. (Foto: Referencia)
En el peor de los casos, si su evolución no es favorable, podría terminar requiriendo la extirpación de los testículos. (Foto: Referencia)

Un hombre de 72 años de Ohio, , acudió a urgencias afligido por que le faltaba el aire, tenía el rostro hinchado pero lo que más le extrañaba era que su escroto emitía un silbido, una situación que atribuyó a una intervención quirúrgica que había salido mal.

El escroto, que es la envoltura que cubre a los testículos, presentaba una extraña anomalía: emitía aire hasta el punto de generar un pequeño silbido. Sin embargo, los sanitarios no tardaron en diagnosticar que se trataba de un neumoescroto.

Esta situación suele deberse a traumatismos en la zona testicular, pero el hombre de tercera edad no recordaba haber tenido ninguno. Lo que sí recordaba era que había sido sometido a una operación para tratar una epididimitis, es decir, una inflamación del conducto tubular que une los testículos y los conductos deferentes, que a su vez, derivan en los conductos eyaculadores.

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Según relatan los científicos que trataron este caso y publicaron su estudio en el , en dicha intervención se le realizó una incisión en el escroto y un drenaje. Todo salió bien, pero tiempo después se detectó en el hospital un neumoescroto silbante, así como otras patologías derivadas de la acumulación de aire en el tórax.

Las pruebas aplicadas al paciente también mostraron un neumotórax bilateral, neumomediastino y enfisema subcutáneo. Lo primero consiste en la acumulación de aire en una cavidad entre los pulmones y el tórax conocida como cavidad pleural.

La neumomediastino se debe también a una acumulación del aire, esta vez en una cavidad ubicada entre los dos pulmones. El enfisema subcutáneo consiste en la penetración de aire en los tejidos ubicados bajo la piel.

El paciente fue tratado con tubos con los que se drenó el exceso de aire del pecho. Esto alivió también el del escroto. No obstante, tuvo que someterse a una nueva intervención quirúrgica para devolverlo a la normalidad.

Ahora, el hombre se encuentra en observación y en el peor de los casos podría terminar requiriendo la extirpación de los testículos. Todo dependerá de su evolución.

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