Foto: Ralph Zapata/Norte Sostenible
Foto: Ralph Zapata/Norte Sostenible

El clima sigue golpeando la costa norte del Perú. Distintas ciudades de Piura y Tumbes amanecieron ayer inundadas luego de soportar hasta 14 horas de lluvias torrenciales, algunas incluso con descargas eléctricas y fuertes ventarrones.

No por familiares –escenas muy similares se repiten cada año– las imágenes que llegan de las localidades más afectadas dejan de ser impactantes. Calles anegadas, casas en emergencia, vehículos atollados en el lodo o sumergidos casi por completo. Los daños y pérdidas, de momento solo materiales, son cuantiosas.

Cual déjàvu fatal, se trata de un drama que tranquilamente pudo haberse amortiguado si las autoridades hubiesen hecho bien su trabajo. La municipalidad de Piura y el ministerio de Vivienda se echan la culpa mutuamente por el fracaso de las medidas de prevención, pues precipitaciones pluviales como las de estos días –además del aumento del caudal de los ríos aledaños– estaban más que anunciadas.

Las obras de mitigación dispuestas por el ministerio se vieron al parecer perjudicadas por unos buzones que el municipio piurano hizo construir como parte de su Sistema Alternativo de Recolección y Evacuación de Aguas (SARE). Los ediles alegan que no fue así y que en realidad los estudios del suelo llevados a cabo por Vivienda fueron deficientes.

Lo peor es que este triste, vergonzoso juego del Gran Bonetón entre autoridades nacionales y locales, tiene como telón de fondo, una vez más, a cientos de familias peruanas afectadas por un fenómeno largamente anunciado por los especialistas y que, ciertamente, puede empeorar con el correr de los días.

No debe olvidarse que inundaciones de esta naturaleza suelen generar situaciones de riesgo sanitario, considerando que se trata de zonas extremadamente vulnerables, como es sabido, a las embestidas del dengue, cuyos casos van en aumento en el país.

Perú21 ha reportado que en lo que va del año, la cantidad de infecciones causadas por el mosquito se ha incrementado en un 72%. En buena cuenta, un total de 18 mil personas afectadas, según el Centro Nacional de Epidemiología, (CDC). Y, justamente, Piura es la región que presenta mayor número de casos en estas primeras seis semanas de 2024.

Cuidado entonces que estos terribles aguaceros y desbordes arrastren una secuela de crisis epidemiológica en la que a las autoridades no les servirá de nada extender el dedo índice para librarse de responsabilidades más propias que ajenas.