" nuestro nuevo presidente del Congreso se erige como tal con más de 50 investigaciones fiscales abiertas, entre ellas por delitos de estafa, apropiación ilícita, enriquecimiento ilícito, corrupción, por citar solo algunos de los tipos penales". (Foto: Jorge Cerdán/GEC)
" nuestro nuevo presidente del Congreso se erige como tal con más de 50 investigaciones fiscales abiertas, entre ellas por delitos de estafa, apropiación ilícita, enriquecimiento ilícito, corrupción, por citar solo algunos de los tipos penales". (Foto: Jorge Cerdán/GEC)

Siendo hoy 31 de julio, esta columna debería estar dedicada a comentar el mensaje a la nación de la presidenta Boluarte. Sin embargo, y considerando que mucha tinta ya ha corrido sobre esa materia, no puedo —y prefiero— dejar de referirme a la reciente elección de la nueva Mesa Directiva del Congreso de la República. Y es que, en este país, cuyo realismo mágico es cada vez más asfixiante, nuestro nuevo presidente del Congreso se erige como tal con más de 50 investigaciones fiscales abiertas, entre ellas por delitos de estafa, apropiación ilícita, enriquecimiento ilícito, corrupción, por citar solo algunos de los tipos penales. Un presidente flanqueado por Fuerza Popular, Perú Libre y Avanza País, sin mencionar la confianza depositada en él a través del voto, por partidos como Renovación Popular. Y es que, si algo hemos aprendido de este inefable Congreso, es que no hay primera sin segunda. ¿Y si de pronto nos sorprenden con la reactivación de una posible vacancia contra Boluarte? Pues Alejandro Soto asumiría la presidencia transitoria del Ejecutivo. ¿Y si en tal situación, siendo Alianza para el Progreso el nuevo partido de gobierno, se le entrega la PCM a alguno de los Acuña?; ¿y si siendo Guerra García el transitorio presidente del Legislativo y con él, Fuerza Popular, en cogobierno con Perú Libre, los que tracen en esos meses la agenda país, se inicia el plan de trabajo para allanar el camino a la sempiterna candidatura de Keiko Fujimori?; ¿y si en ese camino Patricia Chirinos, ex-Chim Pum Callao, sigue en su rol —por encargo— de inhabilitar para la función pública a todos los posibles futuros candidatos “opositores” a la presidencia? Pues todo tendría sentido. Y no, no me olvido de Cerrón; porque esa 2da vicepresidencia tiene un precio. Vladimir 2031, sucesor de Keiko 2026. Ojalá me equivoque de cabo a rabo.