[OPINIÓN] Carlos Parodi: “¿Por qué sigue cayendo la producción?”. (Midjourney/Perú21)
[OPINIÓN] Carlos Parodi: “¿Por qué sigue cayendo la producción?”. (Midjourney/Perú21)

El PBI cayó 0.24% en el primer cuatrimestre de 2023. No es una buena noticia. Busquemos razones para explicarlo y, con ellas, tratar de revertir la cifra, pues está fuera de discusión que la economía requiere crecer.

Crecer significa producir más y, para hacerlo, se necesita invertir. La inversión se divide en privada y pública; la primera representa el 80% de la inversión total y la segunda, 20%. Ambas tienen que aumentar. Si vemos los datos, la inversión privada comenzó a desacelerarse desde el tercer trimestre de 2022, para caer en 13% en el primer trimestre de 2023. Esto ocurre a pesar de que en las grandes cifras somos los mejores de la región. Cuatro datos: primero, tenemos un déficit fiscal en 2022 de 1.7% del PBI, el menor de la región; segundo, una inflación promedio anual entre 2001 y 2022, que es la menor de América Latina (solo es superada por Panamá); tercero, la menor deuda pública de la región; y cuarto, el mayor nivel de reservas, como porcentaje del PBI.

Bien en la macroeconomía, mal en la microeconomía. Mantener lo primero y mejorar lo segundo es la tarea. Vamos a la microeconomía; aquí la pregunta es cómo aumentar la inversión para aumentar el empleo. No olvidemos que la inversión es una decisión tomada por alguien, que naturalmente espera obtener una ganancia al hacerlo. Nadie invierte para perder y eso es válido para la empresa más pequeña o la más grande. La lógica es la misma.

Sigamos. Cuando alguien toma la decisión de invertir, digamos en abrir algún negocio o emprendimiento, lo hace porque espera vender lo que produzca; en otras palabras, espera que haya demanda por lo que va a vender. Puede acertar o equivocarse. ¿Y de qué depende que haya demanda? En general, del hecho que los ciudadanos tengan dinero para comprar, lo que a su vez depende de que tengan mejores empleos, lo que a su vez depende de alguien que los contrate. Quien lo haga se llama inversionista, emprendedor o empresario.

Entonces, tenemos que entrar a un círculo virtuoso: más inversión genera más empleo, lo que lleva a más ingresos y más consumo. Este último incentiva la mayor producción y, por ende, más inversión y así sucesivamente.

La economía peruana está fuera de esa secuencia. ¿Cómo lograrlo? Primero con un shock de expectativas. Para volver a crecer antes hay que volver a creer. Solo así se apostará por nuevos emprendimientos. Aquí el rol de los líderes políticos es clave. Segundo, se requiere que salga algún megaproyecto. Los capitales, tanto nacionales como extranjeros, se mueven en manada. Si logra implementarse algún proyecto grande, entonces seguirán los más pequeños y, como consecuencia, la economía entrará al círculo virtuoso. De lo contrario, las proyecciones seguirán ajustándose hacia la baja y los más perjudicados serán los más vulnerables.

En cierto modo, la incertidumbre política viene desde 2016; recordemos que, antes de ese año, se discutía muy poco acerca de censurar a un presidente. Inclusive durante el gobierno de Alejandro Toledo, su popularidad llegó a un dígito y se mantuvo en el cargo. No defiendo al gobierno actual ni a nadie, pero ningún país del mundo puede avanzar cambiando presidentes con la frecuencia que lo hemos hecho desde 2016. La incertidumbre es veneno para la economía. El resultado solo es menor empleo y mayor pobreza.

Entonces, la debilidad institucional nos está pasando la factura desde hace varios años. Sin enfrentarla será difícil pensar en un mejor país para todos. Sin eliminar la corrupción, que es un problema de personas y no de modelos económicos, no hay forma de que aumente la certidumbre. No debe servirnos como consuelo que el resto de América Latina esté peor que Perú. Lo que debemos valorar es por qué, a pesar de la turbulencia política, seguimos, al menos, con los cimientos sólidos.

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