"Con toda la atención que reciben nuestras dietas, la verdad es que la manera en que vestimos impacta el medio ambiente, nuestras comunidades y, también, nuestros cuerpos".
"Con toda la atención que reciben nuestras dietas, la verdad es que la manera en que vestimos impacta el medio ambiente, nuestras comunidades y, también, nuestros cuerpos".

Supuestamente, los jóvenes de hoy eran más conscientes, indignados frente a lo que las generaciones mayores le hicimos al medio ambiente. En teoría, los centennials o Zs, basan sus compras considerando el impacto social y ambiental de sus decisiones.

Pero mientras inflamos el pecho por reciclar una botella de plástico no hacemos la conexión cuando nuestros armarios están repletos de materiales sintéticos, desechables y mucho más tóxicos. Hoy vivimos en la era del fast-fashion y aunque algunos celebren la conveniencia de ropa más barata las cifras son abrumadoras.

La moda se ha convertido en la , , . . En el 2009, un estudio determinó que , y esa cifra no considera el ingreso al mercado de jugadores mucho más agresivos como Shein.

Si el status quo fuera sostenible no veríamos los , ni los . Con toda la atención que reciben nuestras dietas, la verdad es que la manera en que vestimos impacta el medio ambiente, nuestras comunidades y, también, nuestros cuerpos.

En Perú, la gastronomía ha sido un catalizador para agregar valor a nuestras materias primas, fortalecer economías locales, cuidar el medio ambiente y celebrar nuestras raíces.

En el ámbito textil, deberíamos hacer lo mismo, después de todo somos un paraíso de fibras naturales y durables: la alpaca, vicuña y algodón pima. Nuestros textiles deslumbraron al mundo en el pasado, tenemos el legado, las materias primas y el know-how para ser la potencia mundial en moda sostenible y demostrar que no solo somos lo que comemos, sino lo que vestimos también.