[OPINIÓN] Ana Jara: “Vergonzosos niveles de ejecución de la inversión pública”. (@photo.gec)
[OPINIÓN] Ana Jara: “Vergonzosos niveles de ejecución de la inversión pública”. (@photo.gec)

¿Qué gana el Ejecutivo negando que el Perú haya entrado en recesión técnica? Para algunos es una contracción de nuestra economía, más allá de semántica o percepción, como bien afirma el economista Juan Carlos Odar: “El Gobierno (…), mientras más tarde reconozca la contracción, más demorará en enfrentarla”. Venimos expresando en anteriores columnas que, en el tema económico, el Perú se encuentra en cuidados intensivos y que no es posible edulcorar la realidad. Dos trimestres seguidos con crecimiento negativo y, para colmo, no levanta cabeza la inversión nacional, que es la llamada a menguar los efectos nocivos de una inversión privada contraída en los últimos seis trimestres. Así las cosas, ¿cómo es posible que a julio de 2023 el gobierno central solo haya ejecutado el 37.1% de su presupuesto modificado (actualizado)? ¿No se supone que han convocado a gente técnica con mayor experiencia de gestión respecto de la administración del nefasto Pedro Castillo? Teniendo la urgencia de dinamizar la economía, de crear puestos de trabajo aunque sean temporales con las obras de infraestructura, hasta aquí queda claro que no saben o tienen recelo de gastar su presupuesto de capital, quizá por temor a ser cuestionados por los entes de control del gasto público, llámese la Contraloría General de la República. Pero el funcionario que sabe hacer su trabajo, que dejando de lado la politiquería y el compadrazgo se rodea de gente honesta, pidiendo el acompañamiento en todo momento de la citada entidad de control, sabrá ejecutar con calidad el dinero asignado a su sector. Y si los titulares de pliego y de núcleos ejecutores no responden a sus responsabilidades, a estas alturas del ejercicio anual, debieran ser removidos y reemplazados por gente idónea, que los hay en el Perú, no hay tiempo que perder.

Por su parte, los gobiernos regionales y municipales no se quedan atrás en su pésima perfomance en el gasto público a julio 2023, según el SIAF del propio Ministerio de Economía. Estos han ejecutado magramente un 28.1% y 29.8% respectivamente de su presupuesto modificado; inaceptable desidia o incompetencia, máxime al haber recrudecido los niveles de pobreza en el país, con una clase media cuasi inexistente y teniendo en cuenta lo proyectado por el Instituto Peruano de Economía (IPE), en mayo pasado, de que “dos décadas tomaría recuperar el nivel de pobreza pre-pandemia”, entiéndase al del 2019. Esto debiera, por tanto, obligar a nuestras autoridades a ponerse las pilas y a trazarse metas desafiantes para sacarnos de este letargo económico en que estamos.

Sin plata en los bolsillos el descontento social irá in crescendo, con altos porcentajes de desaprobación de los poderes del Estado, pobreza, desigualdad y una delincuencia galopante. Cuidado de estar en el preludio de un desborde popular. ¡Avisados estamos!

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